Intereses, banca, deuda... las claves de la decisión de Lagarde | Mercados | Cinco Días

2022-12-21 15:34:18 By : Ms. Happy Cheng

El Banco Central Europeo (BCE) mantiene su batalla contra la escalada de precios. La autoridad monetaria ha elevado en 75 puntos básicos los tipos de interés de referencia, hasta situarlos en el 2%. Además, la presidenta, Christine Lagarde, ha apuntado nuevas alzas en las próximas reuniones, aunque con un tono más suave que en otras ocasiones y tendrá en cuenta el "riesgo de recesión" en próximas decisiones. En los mercados, el Ibex ha neutralizado las pérdidas tras la decisión sobre los tipos y cotiza al alza, mientras el euro pierde la paridad contra el dólar.

Estas son las cinco claves de la reunión

Así hemos contado la decisión del BCE, discurso de Lagarde y la reacción de los mercados:

Hasta aquí la narración de la última reunión y anuncio del Banco Central Europeo y el efecto en los mercados. Christine Lagarde ha protagonizado otra jornada histórica (nunca hasta este otoño el BCE habia subido tipos 75 puntos, y lo ha hecho dos veces) en un contexto económico, también, sin precedentes. Estas son las claves de la decisión:

Las compras de deuda, sin cambios. No hay modificaciones en el programa de reinversión de los vencimientos de las compras de deuda, cuya flexibilidad puede contener desviaciones en los diferenciales. Buena noticia para la deuda periférica. Gracias por seguirnos. Puedes consultar toda la información de Economía en la web de Cinco Días

La caída de las rentabilidades de la deuda ayuda a las Bolsas a prolongar el rally. El compromiso del BCE de mantener sin cambios los programas de compra de activos sirvieron para contrarrestar la subida de tipos. En una jornada en la que la política monetaria compartió el protagonismo con la temporada de resultados y la mejora de la economía en EE UU, el Ibex 35 sumó un 0,64%. El selectivo español encadena cuatros sesiones consecutivas al alza en las que se revaloriza un 4,97% y recupera la barrera de los 7.900 puntos. El próximos reto para la Bolsa española pasa por recuperar los niveles previos a Jackson Hole.

Las rentabilidades de la deuda se alejan progresivamente de los mínimos registrados en 2020 cuando el BCE compraba ingentes cantidades de deuda. No obstante, el compromiso de la institución de mantener sin cambios los programas de compra activos ayudan hoy a contrarrestar el aumento de las tasas. Las rentabilidades de la retoman las caídas. En niveles intradía el bono español cae más de 21 puntos básicos y se sitúa al borde del 3%. Por su parte, el bono italiano pierde 31 puntos básicos, hasta el 4,1% mientras el alemán cede 20 puntos y por momentos se despide de la barrera 2%.

Por su parte, el euro, que ayer recuperó la paridad con el dólar retrocede un 0,95%, hasta los 0.998 dólares. Los temores de recesión pasan factura a la divisa europea.

La decisión del BCE de hoy, de subir los tipos de interés en 75 puntos básicos, da una vuelta de tuerca más a las restricciones y encarecimiento de crédito para las grandes empresas. Las compañías que no consiguieron blindar el coste de la deuda a tipo fijo durante la era de los tipos cero, sufrirán nuevos incrementos en el coste de su pasivo.

Más complicada es la situación para las compañías más endeudadas y para las operaciones de financiación de operaciones de compra empresarial. Tras meses de parón en el mercado de finanzas apalancadas, la decisión del BCE recrudece las condiciones y eleva el apetito de los fondos de deuda. Las últimas operaciones que ha registrado el mercado han sido a un precio por encima del 10%, como las de Cirsa o Tendam.

El BCE ha publicado las notas técnicas con las que pretende incentivar que la banca devuelva de forma anticipada las líneas de financiación TLTRO III. A partir del 23 de noviembre, el tipo que se aplicará a estas líneas de financiación coincidirá con el de la facilidad de depósito, con lo que desaparece el arbitraje que genera beneficios extraordinarios a los bancos. Además, establece tres ventanas adicionales para la devolución anticipada voluntaria de esas líneas de liquidez, que ahora ascienden a 2,1 billones de euros. La primera de ellas será el próximo 23 de noviembre.

El BCE defiende que los cambios en las condiciones de las TLTRO III “contribuirán a la normalización del coste de financiación de los bancos”. Así, según ha sugerido Lagarde, la medida no estaría dirigida tanto a evitar esos beneficios caídos del cielo, ahora políticamente inaceptables, sino a asegurar que las alzas de tipos también llevan a créditos más caros.

El euro ha conseguido recuperar la paridad con el dólar una vez terminada la rueda de prensa de la presidenta del BCE, Christine Lagarde. La moneda comunitaria se intercambia exactamente por un billete verde.

Las rentabilidades de la deuda prosiguen su caída. La del bono español a 10 años cae hasta el 3,1%, con el alemán en el 2% y la prima de riesgo en los 106 puntos básicos, 30 puntos básicos por debajo del arranque del día.

En sus palabras finales de la rueda de prensa, Christine Lagarde ha defendido que el BCE “está haciendo su trabajo” para cumplir con su mandato de estabilidad de precios: subir los tipos de interés. Y ha defendido que esa medida debe tener una total efectividad y calar en todas las capas del sistema financiero. Así es como ha defendido los cambios introducidos en las líneas de financiación TLTRO III.

Para Lagarde, la motivación de estos cambios se debe expresamente al objetivo de garantizar que su lucha contra la inflación es lo más efectiva posible. Si en la pandemia, las condiciones de las TLTRO III cambiaron y fueron más favorables para incentivar el crédito, ahora, en un contexto completamente opuesto, se modifican de nuevo. “Si los costes de financiación se elevan, inevitablemente el crédito tiene que ser más caro”, ha reconocido Lagarde.

El banco central estudiará qué hacer en materia de reducción del balance de su deuda en la próxima cita del Consejo de Gobierno de diciembre. Un balance que se ha disparado a los 8,77 billones de euros y es uno de los puntos claves que esperaba conocer el mercado.

Los analistas prevén que la venta neta de activos del BCE arranque en el segundo trimestre de 2023.

La inflación ha desplazado a la estabilidad de la UE como el pricnipal dolor de cabeza del BCE. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha rechazado comentar sobre la victoria de Fratelli d'Italia en las últimas elecciones en Italia. Y el nuevo Gobierno que acaba de formar su líder, Georgia Meloni.

"No comentamos los discursos políticos", ha dicho Lagarde, pese a que la victoria de Meloni ha sido interpretada por los mercados como una victoria de los discursos antiUE. Y se espera una posición más enconada de Roma en la toma de decisiones en el club comunitario.

El Ibex 35 ha ido reduciendo las pérdidas tras la decisión del BCE de subir los tipos de interés hasta girarl al alza. A esta hora, el selectivo español sube el 0,4% y toca los 7.900 puntos. Repsol es el valor que más sube, más del 4%, mientras que Sacyr y ArcelorMitall son los más bajistas al caer el 2%.

Los valores bancarios han recortado sus pérdidas al 0,52% en el caso de BBVA, al 0,94% en Santander, al 1,16% en Bankinter, al 1,85% en CaixaBank y al 1,89% en Sabadell. En el Mercado Continuo, Unicaja cae más de un 3%.

Las pérdidas del Ibex acumuladas en el año se recortan al 9,29%.

En la pasada reunión del Consejo de Gobierno del BCE se pusieron sobre la mesa dos escenarios macroeconómicos, uno base y otro adverso que contempla que el IPC podría subir al 8,4% este año y una contracción del PIB del 0,9% para el próximo año. Lagarde ha asegurado que “no estamos asumiendo el peor de los escenarios” y ha recordado que no se está produciendo, por ejemplo, una subida continua de los precios de las materias primas, sino que se han moderado.

Sobre las reformas estructurales adoptadas en los países de la zona euro, Lagarde ha dado la bienvenida a estas iniciativas.

Otro de los anuncios realizados hoy por la presidenta del BCE es que se van a ir retirando las condiciones especiales de financiación para combatir los efectos de económicos del Covid-19.

Lagarde ha recordado que este programa (denominado TLTRO III) se puso en marcha como una herramienta de actuación especial para que los bancos siguieran prestando dinero a la economía real, en un momento de contracción debido a las restricciones impuestas para combatir la pandemia.

El TLTRO III permitía al sector financiero acudir al BCE y obtener condiciones ventajosas de financiación siempre que acreditaran que ese dinero iba a las familias (salvo para comprar hipotecas) y a las empresas.

Desde entonces, la situación ha cambiado. La pandemia ha quedado atrás y la inflación se ha desbocado. Lagarde ha explicado que retirar el TLTRO III contribuirá "a hacer la política monetaria más efectiva, a que no tenga ningún obstáculo".

La presidenta del BCE considera que los bancos se han beneficiado de unos créditos muy beneficiosos, y que en la situación actual esa medida hace que las subidas de tipos no se trasladen adecuadamente a familias y empresas.

Además, esta medida también servirá para "ir reduciendo el balance del Banco Central Europeo", y así ir normalizando la política monetaria, que ha estado muchos años en fase expansiva.

Los mercados de futuros están ajustando sus previsiones sobre tipos de interés a la luz de las palabras de Christine Lagarde. Si ayer el mercado esperaba que los tipos subieran al 2,5% en marzo y llegaran al 2,82% en septiembre de 2023, ahora la previsión es del 2,31% en marzo y del 2,55% en septiembre, según datos de Bloomberg.

La presidenta del BCE ha avanzado que las subidas se prolongarán, pero a un ritmo más moderado. Es decir, aleja la posibilidad de que la institución repita la jugada de la Reserva Federal y opte por un incremento de 75 puntos en diciembre. Esto unido a las perspectivas de deterioro económico contribuyen a aplanar la cuarva de deuda. Es decir, los rendimientos de la deuda a corto plazo superan a los de la deuda a largo. Una buena muestra de ello es el comportamiento de la deuda alemana. El bono a dos años se sitúa en el 1,78%, frente al 1,99% que registra el bono con vencimiento en 2032.

El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, ha apuntado que en la próxima revisión de las previsiones económicas de la zona euro que hará el banco central en diciembre incluirá un balance de la situación del sector bancario. Guindos ha destacado que “la situación de los bancos es positiva” y que son mucho más resistentes que hace diez años pero ha reconocido que tienen dudas sobre el resto de firmas del sector. “Tenemos que ser vigilantes porque sabemos que en un lugar remoto del sector financiero se puede producir una situación difícil”, ha añadido.

Lagarde, por su parte, ha comentado que en la cita de hoy no han debatido sobre el nuevo Instrumento para la Protección de la Transmisión (TPI).

A medida que Christine Lagarde aportaba nuevos detalles sobre el futuro de la política monetaria y las perspectivas económicas, la divisa europea fue perdiendo fuerza y ahora cae un 1%, hasta los 0.997 dólares. La presidenta del BCE se ha mostrado muy negativa con las perspectivas para los próximos meses. En su comparecencia ante los medios la responsable de la política monetaria ha señalado que existen riesgos para el crecimiento mientras espera que la inflación continúe siendo elevada.

La primera pregunta dirigida a la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha sido sobre cómo tomarán las futuras decisiones de subidas de tipos. La jefa del banco central, sin concretar mucho debido "a la gran incertidumbre en la que nos movemos", sí que ha querido dar unas pinceladas de cómo va a actuar el organismo en el futuro, bajo tres parámetros.

En primer lugar, ha apuntado Lagarde, "seguiremos monitorizando la evolución de las expectativas de inflación a medio plazo". La presidenta del BCE ha recordado que "es este es el principal elemento contra el que estamos luchando". Ahora bien, también ha reconocido que en la institución "tendrán presente en las decisiones el riesgo de recesión".

En segundo lugar, la presidenta del organismo con sede en Fráncfort ha recordado que la institución va a ir tomando sus decisiones de forma paulatina. "Seguiremos muy de cerca la evolución de la situación económica y tomando decisiones cita a cita".

Por último, ha apuntado que estarán pendientes de cómo el sector financiero transmite la política monetaria. "Sabemos que las subidas de tipos no tendrán un efecto inmediato en el control de la inflación", ha apuntado. Pero para que sean efectivas será importante que el mercado funcione correctamente como transmisor al conjunto de la economía de las decisiones del BCE.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, se muestra pesimista con la evolución de la economía de la zona euro. "Es probable que la economía se deteriore más en el cuatro trimestre", ha señalado Lagarde. "Los precios de la energía erosionan la renta real, elevan los costes, restringen el gasto y deterioran la confianza".

"Es probable que la actividad económica en la zona del euro se haya ralentizado significativamente en el tercer trimestre del año", ha dicho la responsable de política monetaria, "y esperamos un mayor debilitamiento en lo que queda de año y a principios del próximo".

Lagarde señala que el mercado laboral se han mantenido fuerte en el tercer trimestre, con una tasa de paro "históricamente baja del 6,6%", pero que la las perspectivas de deterioro pueden llevar a un "aumento del desempleo".  Por ello, pide a los Gobiernos medidas para contener el impacto de la crisis energética, si bien éstas deben ser "temporales y limitadas" en su alcance.

Para limitar el riesgo la inflación, ha señalado Lagarde, "las medidas de apoyo fiscal para proteger la economía del impacto de los altos precios de la energía deberían ser temporales y estar dirigidas a los más vulnerables". Los responsables políticos "deberían ofrecer incentivos para reducir el consumo de energía y reforzar el suministro energético".

Consulta aquí el discurso completo de Christine Lagarde

El Consejo de Gobierno del BCE asegura que con esta tercera subida consecutiva de los tipos “ha logrado un avance considerable en la reversión de la orientación acomodaticia de la política monetaria” -en septiembre decía que era un paso significativo- y aclara que seguirá elevándolos para lograr el retorno de la inflación a su objetivo del 2% a medio plazo. En esta ocasión ha quitado que “espera incrementar los tipos de interés en las próximas reuniones”, que decía en septiembre, y afirma que “prevé seguir incrementándolos”. El organismo dice que basará su senda de alzas en la evolución de las perspectivas de inflación y de la economía y adoptará las decisiones en cada reunión, sin hoja de ruta previa. Se elimina del comunicado las referencias a las reevaluaciones periódicas de la senda de su política de tipos.

Los miembros del consejo del BCE han incluido las modificaciones de las condiciones de la tercera serie de TLTRO dado que creen preciso “reecalibrarlo para que sea coherente con el proceso más amplio de normalización de la política monetaria”.

Los cambios serán efectivos a partir del 23 de septiembre y se dará a los bancos fechas adicionales para los reembolsos anticipados voluntarios. Además, incluye la decisión de fijar la remuneración de las reservas mínimas en el tipo de interés de la facilidad de depósito del BCE.

Según explica, y a falta de conocer más tarde los detalles, el tipo de interés aplicable a las operaciones del TLTRO III se indexará al promedio desde el 23 de noviembre hasta la fecha de vencimiento o la fecha de reembolso anticipado de los tipos de interés oficiales del BCE.

Sobre el PEPP, el Consejo del BCE refuerza el mensaje de que continuará actuando con “flexibilidad” en la reinversión del principal de los valores de la cartera del PEPP que vayan venciendo.

El BCE no ha dudado en decidir otra subida rotunda de tipos, de 0,75 puntos, para seguir combatiendo la inflación, y ha enfriado ligeramente el tono respecto a una siguiente subida de esa magnitud. El banco central reconoce en su comunicado que con el alza de hoy, la tercera consecutiva desde julio, “ha logrado un avance considerable en la reversión de la orientación acomodaticia de la política monetaria”. Sí ha señalado en todo caso que las subidas de tipos continuarán.

También ha tomado medidas para frenar los beneficios caídos del cielo que recibe la banca al aparcar su exceso de liquidez por las líneas de financiación TLTRO III en la hucha del BCE, con una remuneración que ahora sube al 1,5%. Ofrecerá ventanas adicionales para la devolución anticipada de unos préstamos al sector que se elevan a 2,1 billones de euros. El BCE no ha abordado en cambio la reducción de balance y la reinversión de los vencimientos de sus programas de compra de deuda se mantiene como hasta el momento.

El BCE ha subido los tipos de interés en 75 puntos básicos, hasta el 2%. Es el tercer aumento desde julio. Continúa así con su política monetaria restrictiva, cuyo objetivo es reducir la cantidad de dinero que hay en el mercado, para hacer frente a una inflación disparada.

El impacto en el bolsillo de las familias ya se nota desde hace semanas: los préstamos se están encareciendo, especialmente las hipotecas variables ligadas al euríbor, y los depósitos están elevando su rentabilidad. Esta tendencia se mantendrá con la nueva subida de los tipos. El euríbor seguirá al alza y la financiación será todavía más cara, mientras que se podrá sacar un mayor partido por los ahorros.

Los expertos de HelpMyCash calculan que el euríbor podría alcanzar el 3% a final de año y, de media, las cuotas de las hipotecas variables podrían aumentar más de un 30% aproximadamente. 

La facilidad de depósito, que es el tipo de interés al que el BCE remunera los depósitos a un día, queda en el 1,5%, el nivel más alto desde 2009. Así, es de esperar que las remuneraciones al ahorro, que ya superan el 2% TAE en España y el 3% TAE en Europa, continúen subiendo.

El BCE mantendrá sin cambios los programas de compra de deuda APP y PEPP, reinvirtiendo la totalidad de dinero que obtenga de los vencimientos de los activos. Seguirá reinvirtiendo los fondos del programa APP (iniciado en 2014) tanto tiempo como sea necesario para mantener las condiciones de liquidez. Las amortizaciones del programa PEPP se mantendrán al menos hasta finalizar 2024, y podrá flexibilizar estas reinversiones. Son los mismos términos que en la reunión de septiembre. El bono español cae más de 10 puntos básicos, hasta el 3,16%. El bono italiano pierde 18 puntos básicos, hasta el 4,28% mientras el alemán cede 12 puntos y se sitúa el filo del 2%.

El BCE recalibrará de forma retroactiva las condiciones de los préstamos ofrecidos a la banca dentro del tercer programa TLTRO (entre marzo de 2020 y marzo de 2021), pero aún no ha dado los detalles de este cambio, efectivo a partir del 23 de noviembre. También ofrecerá incentivos a la amortización anticipada de estos préstamos. La decisión obedece a que los préstamos TLTRO, 2,1 billones de euros, se concedieron al 0%, pero ahora los bancos pueden apartar este dinero al 1,5% (nueva tasa de depósito). Firmas como Pictet han calculado que este arbitraje daría a la banca unos beneficios "caídos del cielo" de 100.000 millones en 2023.

El euro pone en peligro la paridad con el dólar nada más conocerse la decisión del BCE. La moneda europea se sitúa en los 1,0006 billetes verdes. El mercado de deuda daba por descontada la subida de 75 puntos básicos y apenas se inmuta. La rentabilidad de la deuda española se sitúa en el 3,25%, el bono italiano se sitúa en al filo del 4,4% y el alemán, en el 2,16%.

El Ibex 35 mantiene las caídas del 0,5% tras comunicar el BCE que eleva los tipos en 75 puntos básicos. Ya lo hizo en septiembre tras el alza de 50 puntos básicos en julio. El selectivo español conserva la cota de los 7.800 puntos.

La sesión también está marcada por los resultados empresariales. Hoy han presentados sus cuentas Sabadell, Repsol y Acerinox, entre otros.

El Consejo de Gobierno del BCE ha subido, tal y como preveía el mercado, los tipos en 75 puntos básicos, hasta el 2%. El organismo comenta que basará la senda futura de los tipos de interés en la evolución de las perspectivas de inflación y de la economía y que espera seguir subiéndolos.

Según el comunicado, el tipo de interés de las operaciones principales de financiación y los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito aumentarán hasta el 2,00%, el 2,25% y el 1,50%, respectivamente, con efectos desde el 2 de noviembre.

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El Gobierno no acaba de convencer al Banco Central Europeo (BCE) con el diseño del impuesto temporal a la banca. El supervisor bancario viene dejando caer en las últimas semanas que no es partidario de este tipo de tasas si contribuyen a restringir el crédito o perjudican a la solvencia del sector. Igualmente, tampoco ve con buenos ojos que el impuesto se aplique sobre los ingresos sin tener en cuenta las provisiones que las entidades acometerán por el aumento del riesgo de impagos debido a la inflación y las subidas de tipos de interés.

La propuesta que se está tramitando en el Congreso prevé gravar con un tipo impositivo del 4,8% el margen de los intereses y las comisiones que cobran las entidades financieras que en el año 2019 hubiesen ingresado más de 800 millones de euros, sumando estos dos conceptos. En total, la medida prevé recaudar 3.000 millones entre 2022 y 2023, que es cuando se aplicará este impuesto especial. Según los cálculos de este periódico, se verán afectados nueve de los diez grandes bancos españoles: Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter, Unicaja, Ibercaja, Kutxabank y Cajamar.

En los próximos días el BCE deberá emitir un dictamen en el que refleje su opinión valorando el impacto que podría tener el impuesto sobre la solvencia y los riesgos para la transmisión de la política monetaria. Aunque el veredicto del supervisor no es vinculante (el Gobierno no está obligado a acatarlo) la banca se aferra a una opinión desfavorable, para elevar la presión sobre el Ejecutivo. 

El argumento del Gobierno para imponer este impuesto temporal es que con la acelerada subida de tipos de interés por parte del BCE obtendrán unos beneficios extraordinarios. Los tipos más altos aumentan los márgenes de ganancias de los bancos al permitirles cobrar más intereses sobre los préstamos.  No obstante, los bancos vienen cuestionando que realmente se trate de beneficios extraordinarios. Por un lado, argumentan que el impuesto se aplica sobre los ingresos y no sobre los beneficios. Por otro lado, afirman que el sector aún se están recuperando de una década de bajos tipos de interés, que llegaron a estar en negativo y que llevó a desplomar la rentabilidad y las cotizaciones en Bolsa que aún se mantienen por debajo del valor en libros.

El BCE aún debe abordar una importante cuestión en su proceso de normalización monetaria, cómo reducir un balance que se ha disparado a los 8,77 billones de euros. El debate sobre la reducción del balance podría comenzar hoy. Lagarde podría dar alguna señal al respecto, aunque los analistas dan más opciones a que el anuncio se haga en la reunión de diciembre y que la reducción del balance, con la venta neta de activos, comience en el segundo trimestre de 2023.

Gobiernos, empresas y hogares deberán asumir un coste de financiación aún más caro cuando el BCE inicie esas ventas. Hasta el momento, el BCE tiene prevista la reinversión de la totalidad de los activos que venzan del programa PEPP, lanzado durante la pandemia, hasta al menos diciembre de 2024 y también la reinversión de los correspondientes al programa de compra tradicional APP hasta pasado un tiempo prolongado desde el inicio de las subidas de tipos. 

La interrupción definitiva del programa APP supondría dejar de comprar alrededor de 250.000 millones de deuda soberana de la zona euro al año, una cuestión especialmente sensible para los países más endeudados, como Italia o España.

Los inversores contienen el aliento, pendientes de Largade, en un día en el que el calendario de presentaciones de resultados también está repleto. Repsol, Sabadell, Acerinox o Unicaja son solo algunas de las compañías que han dado cuenta de sus beneficios de los nueve primeros meses del año.

Con este telón de fondo y, a poco menos de quince minutos de conocer la decisión del BCE, el Ibex 35 cae alrededor de medio punto porcentual y se mueve en torno a los 7.820 puntos.

Dentro del selectivo, los mayores descensos son para Acerinox, ArcelorMittal y Fluidra, que pierden alrededor del 2% mientras que las ganancias más abultadas son para Repsol, Meliá y Enagás.

El BCE debatirá hoy las fórmulas con las que poner freno a los beneficios caídos del cielo que está obteniendo la banca, aquellos que consigue simplemente con aparcar la financiación de las líneas TLTRO, por un total de 2,1 billones de euros aún pendientes de devolver, en la hucha del banco central, que la paga al 0,75%.

De no intervenir, y si la tasa de depósito bancario se sitúa en 2% a fin de año, los bancos obtendrán beneficios de 100.000 millones de euros en base anual, según calculan en Pictet. Una ganancia insostenible en un momento de shock energético y dificultades para hogares y empresas, a las puertas de una recesión.

El BCE pretende incentivar que la banca devuelva de forma anticipada esa liquidez que le sobra, para lo que podría anunciar cambios en el coste de las TLTRO, para alinearlo con la tasa de depósito y anular los beneficios o algún tipo de penalización en el exceso de reservas. Caixabank es la entidad española que más se juega con estos posibles cambios.

Las Bolsas están en un compás de espera hasta que las 14:15 horas se conozca la decisión del BCE respecto a los tipos de interés en la zona euro. El Ibex 35 cede un 0,25%.

“El fuerte repunte que ha experimentado recientemente la inflación en las principales economías de la Eurozona y en la región en su conjunto forzará al BCE a mostrar su cara más agresiva, por lo que damos por descontado que vuelva a subir todos sus tipos de interés de referencia en 75 puntos básicos”, explica Juan José Fernández Figares, director de análisis de Link Securities.

El mercado está atento tanto a las medidas como al discurso de Lagarde. “No descartamos que anuncie algunos ajustes de sus Targeted longer-term refinancing operations (TLTRO), es decir de los préstamos con condiciones concedidos a los bancos de la región en su día para incrementar la liquidez en el sistema y respaldar la transmisión de su política monetaria, así como sus planes para comenzar a reducir su balance”.

La firma de análisis tampoco descarta que su presidenta, la francesa Lagarde, “cuando hable en rueda de prensa deje claro que en estos momentos la prioridad del BCE, que es realmente su mandato, es la lucha contra las elevadas expectativas de inflación, incluso si ello aboca a la región a entrar en recesión”.

"No esperamos que el discurso guste en exceso a los inversores, siendo factible que provoque algunas tomas de beneficios tanto en los mercados de bonos como en los de acciones, sobre todo tras las fuertes alzas que han experimentado muchos de estos activos en los últimos días”, prevé Fernández-Figares. 

¿Recesión o recesión técnica? La economía de la zona euro se prepara para encadenar dos trimestres consecutivos de crecimiento del PIB negativo en su variación trimestral. El BCE ya ha sugerido que podría producirse en los próximos trimestres y ha avanzado que podría rebajar sus estimaciones macroeconómicas el próximo mes de diciembre. Tampoco se descarta ya que la situación desemboque en el escenario adverso planteado por el BCE en septiembre para el próximo año (una contracción del PIB del 0,9%). Los estrategas de Morgan Stanley sitúan la caída del PIB en el 0,5% el próximo años. Todo dependerá de la persistencia de la inflación y la continuidad de la guerra en Ucrania.

En el caso de Alemania la previsión es de una caída del PIB del 0,4% para el próximo ejercicio, arrastrando al resto de países de la zona euro. España, por su parte, entrará en recesión técnica ya en el primer trimestre de 2023 según ha reconocido la propia Airef.

Los inversores aguardan con expectación la decesión del BCE. Más allá de la renta variable, que en las últimas jornadas ha venido experimentando una recuperación al calor de los resultados empresariales, la renta fija y el mercado de divisas no queda al margen.

Un día antes de que la institución monetaria comunicara la tercera subida de subida de tipos en lo que va de año, el euro logró recuperar la paridad contra el dólar por primera vez en un mes. Aunque en la actualidad tanto la Reserva Federal como el BCE se encuentran inmersos en un proceso de subida acelerada de tipos para poner freno a la inflación, la divergencia que imperó durante los seis primeros meses del año se tradujo en una caída del euro. Como resultado de este proceso, la divisa europea retrocede un 11,67% en su cruce contra el euro.

Donde más se está dejando sentir el alza de los tipos en el mercado de deuda. El alza de las tasas se traduce en un incremento del coste de financiación. Las rentabilidades de la deuda se alejan progresivamente de los mínimos registrados en 2020 cuando el BCE compraba ingentes cantidades de deuda. El repunte de los rendimientos es generalizado. Es decir, en esta ocasión no son solo los países de la periferia los que sufren el castigo de los inversores. La rentabilidad de la deuda alemana a 10 años se sitúa en el 2,18%. Es decir, a lo largo de 2022 ha dicho adiós a los tipos negativos y en la actualidad ronda niveles de 2011. Por su parte, el bono español supera holgadamente el 3% mientras el italiano roza el 4,5%. G.E.

Las subidas de tipos en la zona euro no se van a frenar con el alza de hoy, prevista en 75 puntos básicos. Uno de los grandes focos de atención de los mensajes de Lagarde estará en el ritmo los siguientes ascensos. En Citi prevén una nueva subida de medio punto en diciembre y nuevos ascensos posteriores, aunque de menor intensidad. La previsión de Pimco es similar, con subidas en 2023 ya de cuarto de punto y en el mercado se contempla que la tasa de depósito alcance un máximo del 3% a mediados del próximo año.

En Goldman Sachs estiman que la facilidad de depósito llegue a un máximo del 2,75% tras una última subida de cuarto de punto en marzo de 2023. El BCE estaría dispuesto a superar por tanto el nivel de tipos que se considera neutral, por el que el efecto en la economía ni es de estímulo ni contractivo, y llegar a un mayor endurecimiento monetario. Todo dependerá del curso de la economía y la geopolítica. El BCE insiste en que sus decisiones estarán siempre apegadas a los datos.

El euríbor a 12 meses, la referencia con la que se calculan la mayoría de las hipotecas variables en España, ha caído hoy en tasa diaria a la espera de la decisión del BCE sobre los tipos de interés. El índice marca el 2,633% frente al 2,690% de ayer y encadena su cuarto descenso diario consecutivo. El pasado 20 de octubre se situó en el 2,733%, superando el nivel del 2,7% por primera vez desde enero de 2009. Al día siguiente repuntó al 2,778% y desde entonces se ha moderado. En los últimos cuatro días ha bajado 107 milésimas. La media mensual provisional se sitúa en el 2,671%.

Está por ver cómo digiere el euríbor la subida de tipos prevista para hoy, que según descuenta el mercado será de 75 puntos básicos. Los expertos sostienen que el euríbor mantendrá su trayectoria alcista y alcanzará el 3% a finales de este año.

La escalada del euríbor está encareciendo sustancialmente las hipotecas en revisión, dado que hace un año el tipo hipotecario cotizaba en negativo (-0,477%). Así, los préstamos medios subirán más de 2.700 euros al año. El septiembre, el euríbor experimentó la mayor subida de su historia.

La crisis energética derivada del estallido de la guerra en Ucrania disparó el precio de los combustibles provocando un efecto bola de nieve en la inflación mundial. Los bancos centrales han acelerado el proceso de normalización monetaria, tras años de tipos en mínimos, para aplacar una inflación descontrolada y, salvo el Banco de Japón, todos han optado por subir tipos.

El banco central más avezado, la Fed de EE UU, subió los tipos en marzo por primera vez desde 2018 y desde entonces no ha parado de elevarlos para frenar a la inflación. Ahora se sitúan en la banda entre el 3% y el 3,25% y el mercado descuenta un nuevo aumento de otros 75 puntos básicos en noviembre.

La política monetaria de la Fed ha arrastrado al resto de bancos centrales a sumarse a las subidas. El Banco de Inglaterra tiene las tasas en el nivel más alto desde 2008 (2,25%) y fueron muchos en el mercado los que pidieron que los elevara hace unas semanas en pleno crac de la libra y de la deuda soberana británica.

Bienvenidos. Arrancamos el seguimiento de una jornada clave para la economía europea, que tendrá efectos en los mercados, las empresas y la economía de los hogares. El BCE se dispone a aplicar una nueva subida de los tipos de interés para contener la escalada de los precios. El mercado espera una subida de los tipos de 75 puntos básicos, después de que elevara el precio del dinero en esta misma cantidad en septiembre. Quedarían en el 2%, máximos desde 2009.

Esta medida sin precedentes busca cortar de raíz los riesgos de que la inflación se enquiste, aun a riesgo de agravar la delicada situación económica del continente. El mensaje de Christine Lagarde respecto a sus futuros planes es igualmente importante. El banco, asimismo, debe abordar dos asuntos espinosos, como la reducción del balance (las compras de deuda) y las eventuales medidas para que los bancos no ganen dinero aparcando en el BCE la liquidez que el propio BCE les prestó.